Monday, February 28, 2011

Objetos del silencio, secretos sexuales de infancia


EMOOBY (Kindle Edition - Feb. 21, 2011)


En febrero de 2011 publica “Objetos del silencio, secretos sexuales de infancia”,
EMOOBY (Kindle Edition - Feb. 21, 2011) Publicación en formato virtual para ebook, desde Madeira- Portugal.



(fragmento)




1
Lorena
Sobre la mesa, el par de especias perfumadas, en una esquina recuerdos quietos,
replegados todos ellos desde sus puntas.
—¿Nunca le habías contado esto a nadie? –pregunta, deslizando sus manos con disimulada urgencia bajo el vestido. Quieta, al contacto con la temperatura que contrasta su piel fría ella apenas respira.
—¿Nunca? —insiste, mientras avanza por su piel.
—Ya te lo dije. La mujer recoge las piernas. Con sus manos oprime los muslos, la manosea.
—No te creo —dice. Supongo que eras una niña muy despierta ¡Di la verdad!
—Algo precoz, solo eso. Responde arreglándose el vestido.
—¡Exquisita! –insiste sin dejar de moverse con las manos. ¿Pero cuántos años tenías? ¿Cuántos? Dime.
—Poco más de seis…
—Seis años y ya eras una pervertidilla. Se aprieta contra el cuerpo de la mujer que al sentir la presión, se contrae.
—Diría que pervertidilla no es una buena palabra. Las manos del hombre resbalan ahora peligrosamente cerca
—¡Para! Dice y trata de zafarse. Se defiende. Él se incomoda.
—Deseante, me parece mejor. Sobre todo deseante.
La habitación está en penumbras. Atardece. Es invierno. En silencio se miran. Ella se acomoda sobre el mullido sofá, entre el cuello y los hombros se acurruca. Él tiene los ojos cerrados. Cerca de los labios merodea. Se besan.
—¡No sigas! ­–reclama. Me vuelves loco.
Ella se repliega. En segundos su voz se tiñe de melancolía.
—Cuando mi padre se entera casi lo mata —dice.
—Pero antes de eso la pasaban estupendo con el viejo —gime, descompuesto. ¿Es eso? Respóndeme.
—No, tú entiendes nada. Cada vez más irritada esquiva, a pesar de sus esfuerzos él no se detiene. Insiste con el interrogatorio. Forcejean. Él retiene sus muñecas con fuerza.
—¿Qué fue lo que el tipo te hacía? Dime. Quiero más, todos los detalles.
—¿Por qué te importa tanto? ¡Déjame!
—Viejo inmundo. Dice.
—¿Qué más quieres saber? ¿Cómo lo hacíamos? Es eso… Entonces sí que todo esto te excita. ¿Te excita? ¿No es cierto? Te hubiera encantado verme haciéndolo con el viejo. La mujer se burla, con sonrisa implacable lo humilla.
Él se acobarda. —Cómo puedes. Dice. Agotado cede, abandona.
—¿Ahora te ofendes?
...